El ciclismo de montaña se basa en el equilibrio, tanto sobre la bicicleta como fuera de ella. Desafía a su cuerpo con resistencia, fuerza y agilidad, a la vez que exige una aguda concentración mental. El yoga, por otro lado, proporciona la estabilidad, flexibilidad y presencia necesarias para recuperarse y rendir al máximo. El flujo de yoga Vinyasa de 25 minutos está diseñado para ayudarte a pedalear, ya sea como calentamiento, recuperación después de la carrera o como sesión independiente en los días de descanso.
¿Cómo empezaste [Anja Kaloh] con el ciclismo de montaña y el yoga? ¿Qué te atrajo de cada uno de ellos?
En realidad, empecé con la bicicleta de montaña antes que con el yoga, lo que puede resultar sorprendente si tenemos en cuenta que soy profesora de yoga a tiempo completo desde hace varios años, mientras que la bicicleta de montaña nunca ha sido algo que haya practicado "en serio". En el pasado, buscaba movimientos que me aportaran adrenalina, retos, una sensación de emoción y acción.
Mientras estudiaba en la Facultad de Deporte, había una tienda de material de surf y ciclismo justo enfrente. Allí compré mi primera bicicleta all-mountain de suspensión total, que me parecía casi increíble. Poco después, me apunté a un curso y obtuve el título de monitor de bicicleta de montaña. Incluso hice un viaje en bici a Francia con un grupo. Fue una experiencia increíble.
El yoga llegó a mi vida más tarde. Terminé mi primera formación en 2016 y, poco después, empecé a dar clases a tiempo parcial mientras hacía otros trabajos extra. Ahora, el yoga es mi profesión, y el ciclismo de montaña sigue siendo un hobby que disfruto de verdad.
Cómo se complementan el ciclismo de montaña y el yoga?
Según mi experiencia, el yoga y la bicicleta de montaña comparten al menos un elemento fundamental: la presencia. Cuando montas en terreno técnico, si no estás totalmente presente, puedes caerte rápidamente y lesionarte. El yoga, en cambio, no es peligroso, pero te invita constantemente al momento presente, al "aquí y ahora".
Para mí, se complementan en el sentido de que el yoga proporciona una sensación de calma, estabilidad y un espacio seguro y predecible. La bicicleta de montaña, en cambio, conlleva más esfuerzo físico, adrenalina, un aumento del ritmo cardíaco y un elemento de imprevisibilidad y riesgo, algo que hay que afrontar y superar.
Desde una perspectiva física, creo que el yoga puede servir de apoyo a casi cualquier deporte. Para el ciclismo de montaña en concreto, la flexibilidad es una ventaja importante, especialmente en el pecho, los hombros, las caderas y la columna vertebral, todo lo cual puede mejorarse mediante la práctica regular del yoga. Además, el yoga ayuda a desarrollar al menos un nivel básico de fuerza, sobre todo en términos de estabilidad. Por último, yo diría que el yoga mejora la coordinación general del cuerpo, lo cual es beneficioso no sólo para el ciclismo, sino también para la vida cotidiana.
¿Hay posturas de yoga específicas que sean beneficiosas para el ciclismo de montaña, y por qué?
En esta práctica de yoga que he diseñado, la primera parte se centra en el movimiento dinámico como calentamiento. Comenzamos con unos minutos de movimiento para activar los músculos clave y mejorar la movilidad:
- Torsiones sentado: Calienta la columna vertebral y mejora la flexibilidad rotacional.
- Mesa invertida: Abre las caderas y fortalece los glúteos y los hombros.
- Navasana (postura del barco): Trabaja el tronco para controlar mejor la bicicleta.
- Gato-Vaca: Favorece la movilidad de la columna vertebral y reduce la rigidez de la espalda.
- Anahatasana (Postura de apertura del corazón): Estira el pecho y los hombros, que pueden tensarse al agarrar el manillar.
- Perro mirando hacia arriba modificado: Abre los hombros y calienta la parte superior del cuerpo, preparándolo para el viaje.
- Estocada baja con pulsaciones y giros: Afloja las caderas y mejora la flexibilidad.
La segunda parte de la práctica está dedicada a los estiramientos estáticos. Después de un largo paseo, los estiramientos profundos ayudan a liberar tensiones y restablecer el equilibrio:
- Aguante Anahatasana: Libera aún más los hombros y el pecho.
- Estiramiento de cuádriceps: Alivia la tensión en la parte delantera de los muslos después de pedalear.
- Estiramiento del pecho (posición prona): Contrarresta la postura redondeada del ciclismo.
- Estiramiento de isquiotibiales con correa: Ayuda a prevenir la tirantez en las piernas.
- Supta Baddha Konasana (postura en ángulo con la espalda recta): Una relajación final para restaurar la energía y calmar el sistema nervioso.
Practicar en
Tanto si te dedicas a los senderos como si te tomas un día de recuperación, integrar el yoga en tu rutina puede ayudarte a pedalear durante más tiempo, a recuperarte más rápido y a sentirte mejor sobre la bici y fuera de ella. Al igual que el dominio de un descenso técnico, una práctica constante de yoga aumenta la fuerza, la flexibilidad y la concentración con el tiempo, por lo que es el complemento perfecto para el ciclismo de montaña.
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