Clarkia Thijsse es una profesora de yoga y artista que descubrió su camino en el yoga mientras atravesaba algunos acontecimientos que le cambiaron la vida a los 50 años. Estaba luchando contra problemas de salud, la muerte de uno de sus padres, la ruptura de un matrimonio con dos hijos en la universidad y dos todavía en casa. En medio de todo ello, las prácticas de Ashtanga, Anusara, Iyengar, Bikram y Vinyasa le sirvieron como una hermosa transición hacia la curación. Después de completar múltiples formaciones y talleres de 200 horas, ha enseñado en varios estudios de yoga en California, así como para una organización sin ánimo de lucro en los Países Bajos, Tanzania y Hawai. Ahora, a los 63 años, Clarkia cree que con una práctica de yoga el miedo se convierte en alegría, lo imposible se hace posible, la duda se convierte en gratitud y la juventud no conoce edad.
1. Postura de la Esfinge o Salamba Bhujanghasana en sánscrito
- Estira el pecho, los pulmones, los abdominales y los hombros
- Estimula los órganos abdominales
- Fortalece la columna vertebral
- Calma el sistema nervioso
Cómo adoptar la postura:
- Empieza la postura tumbándote boca abajo con la frente tocando el suelo, los codos por debajo de los hombros o ligeramente más adelantados.
- Levanta suavemente el pecho mientras mantienes la barbilla pegada al pecho, redondeando la parte superior de la espalda.
- Separe bien los dedos, presione suavemente las manos contra el suelo y también desde el antebrazo hasta los codos.
- Recoja la barriga y presione suavemente los huesos de la cadera hacia abajo.
- Respira hondo y despacio y levanta la coronilla y la barbilla hacia delante, manteniendo el espacio entre los hombros y las orejas.
- Lleva la mirada hacia arriba o hacia delante y siente cómo se fortalecen los músculos de la espalda.
- Permanece en la postura durante 5 respiraciones mientras vuelves a bajar la barbilla al exhalar y vuelves a subir el pecho y la coronilla al inhalar.
- Suelta la postura lentamente.
2. Plancha lateral con antebrazoso Vasisthasana en sánscrito
- Fortalece el tronco y la parte superior del cuerpo sin forzar las muñecas.
- Mejora el equilibrio
- Mejora la estabilidad de los hombros
Cómo adoptar la postura:
- Colócate en plancha con los antebrazos y la coronilla de la cabeza hacia delante, con la cara mirando al suelo.
- Alinea los codos debajo de los hombros y las manos hacia delante en línea con los codos.
- Estire los talones hacia arriba y hacia atrás, creando longitud en la plancha.
- Gira una mano hacia el codo opuesto, presionando a través de la palma y gira el cuerpo hacia los lados.
- Asegúrate de que el codo está alineado con el hombro y utiliza todo el antebrazo y la mano como apoyo mientras mantienes el tronco y las piernas en tensión y los pies uno encima del otro.
- Coloca un bloque entre los muslos para trabajar la parte interior de las piernas y respira, calentando el vientre, el pecho y la espalda.
- Aguanta 5 respiraciones lentas y profundas o más si es posible.
- Sal de la postura volviendo a la postura del antebrazo y regresa a la postura del niño.
3. 3. Flexión hacia delante de pie con piernas anchas giradas o Parivrrta Prasarita Padottananasana en sánscrito
Algunos de los beneficios:
- Mejora las digestiones
- Los giros ayudan a liberar el estrés del cuerpo y la mente
- Estira las piernas, la zona lumbar, las caderas, los hombros y los brazos
- Ayuda a despejar la niebla cerebral
Cómo adoptar la postura:
- Coloca un bloque delante de ti y ponte de pie con las piernas abiertas y los pies ligeramente girados hacia dentro.
- Desde el suelo hacia arriba, presione los dedos de los pies, levante los arcos de los pies y presione los talones hacia abajo. Levanta las rodillas e introduce los músculos de las piernas en el pliegue de la cadera.
- Curve la cola hacia abajo y alargue la columna vertebral hasta la coronilla.
- Inspire y levante los brazos lateralmente hasta la altura de los hombros, relajando los hombros alejándolos de las orejas.
- Contraiga el tronco, inspire y dóblese lentamente hacia delante desde el pliegue de la cadera con la espalda recta. (Si es necesario, doble las rodillas y acerque las manos al bloque colocándolo justo debajo del centro del pecho).
- Al inhalar, levante lentamente un brazo hacia los lados y hacia el cielo. Deja que tus ojos sigan la mano superior y abre el pecho.
- Respira y ábrete mientras separas el coxis de la coronilla. Mantén las caderas cuadradas.
- Permanece en la postura durante 5 respiraciones con la mirada levantada. Busca espacio entre los hombros y las orejas.
- Continúa por el otro lado.
- Para salir de la postura, vuelve al centro, coge los brazos hacia los lados y levántalos hasta la mitad, con el tronco contraído y la columna alargada hasta volver a la posición inicial.
Consejo profesional: Recuerda sentir siempre la respiración, exhalando al plegar e inhalando al levantar, inhalando al alargar y exhalando al girar.