La armonía entre la escalada en roca y el yoga ha influido profundamente en el viaje interior de Nairi. Estas prácticas se complementan, fomentando un equilibrio perfecto. Ya sea escalando o practicando en la esterilla de yoga, siempre está evolucionando y creciendo.
A continuación, la profesora de yoga Nairi comparte su experiencia con estas dos prácticas, incluidas las posturas que considera beneficiosas para la escalada y la recuperación posterior. Además, relájate con su práctica de yoga de 8 minutos para aliviar la tensión en la espalda, las piernas y los hombros después de una intensa sesión de escalada.

¿Puede hablarnos de su experiencia con la escalada y el yoga? ¿Cómo empezó con cada uno de ellos?
Empecé a practicar yoga hace casi diez años, durante un periodo de estrés intenso y trabajo exigente. Necesitaba un momento de paz y silencio para mí, así que encontré un estudio de yoga cerca de mi casa en Milán y empecé a asistir a clases un par de veces por semana. Al principio era una forma sencilla de estirarme y sentirme bien, pero pronto se convirtió en mucho más que una práctica física. La claridad mental y la atención plena que el yoga aportó a mi vida fueron transformadoras.
Mi aventura con la escalada comenzó después de algún tiempo, justo antes de COVID, cuando un amigo me invitó a probar un gimnasio de escalada en interior. El reto de trepar por una pared, la emoción de llegar a la cima y la sensación de logro me engancharon al instante. Poco después, los gimnasios cerraron y la única forma de seguir escalando era al aire libre, en roca real. Escalar al aire libre fue una experiencia profunda que me permitió conectar íntimamente con la roca. Por primera vez, me sentí profundamente en sintonía con la naturaleza, casi uno con ella.
¿En qué aspectos considera que la escalada y el yoga son prácticas complementarias?
Además de fuerza física y técnica, la escalada requiere una mente muy fuerte. El yoga me ayuda de muchas maneras: trabajar la respiración y el pranayama, desarrollar la conciencia corporal y la paz interior me ayuda a mantener la concentración y la calma, tanto dentro como fuera de la esterilla.
Practicar yoga significa también mejorar la movilidad y la flexibilidad, y desarrollar una mayor conciencia corporal. Estar en la esterilla todos los días requiere fuerza de voluntad, determinación y fe en la propia práctica, y no dejarse abatir por los fracasos, como no ser capaz de cerrar una asana. Todo esto ayuda a la mente cuando se sale a la roca, donde cometer errores y fracasar forma parte del juego, pero es importante no frustrarse, sino aprender de los errores y tomarlos como una motivación para hacerlo mejor en cada intento.
El yoga también ayuda al cuerpo a recuperarse después de una intensa sesión de escalada, relajando los músculos doloridos y liberando las tensiones de la parte superior del cuerpo. A nivel mental, la atención plena que se cultiva a través del yoga se traduce en una mejor atención y concentración durante la escalada. Los aspectos meditativos del yoga y las técnicas de pranayama aprendidas en la esterilla me ayudan a mantener la calma bajo presión, tanto si estoy intentando una ruta difícil como si me enfrento a una roca dura.
¿Puede dar ejemplos concretos de cómo el yoga ha mejorado su rendimiento en escalada y viceversa?
Hay muchos ejemplos concretos de cómo el yoga ha mejorado mi escalada. Por ejemplo, la mayor flexibilidad que me proporciona la práctica regular del yoga me permite alcanzar agarres de pie que de otro modo estarían fuera de mi alcance. Las posturas que fortalecen el tronco, como el planchón alto o la navasana, mejoran directamente mi estabilidad y resistencia en la escalada. En general, ser flexible me ayuda a moverme con soltura sobre la roca, fluyendo en cada movimiento. Por otro lado, la fuerza física que he desarrollado escalando, sobre todo en los antebrazos y los hombros, me ayuda a mantener posturas de yoga difíciles durante más tiempo y me ayuda en los equilibrios de brazos; si me conoces o me sigues, sabes que soy un gran fan de pincha mayurasana y de todo tipo de inversiones.
¿Te has enfrentado a algún reto a la hora de equilibrar la intensidad y la concentración que requiere la escalada en roca con la atención plena del yoga? ¿Cómo lo gestionas?
Equilibrar la intensidad de la escalada con las prácticas dinámicas de yoga puede ser un reto. La escalada requiere a menudo un alto nivel de concentración y esfuerzo físico, similar al Ashtanga yoga. Gestiono este equilibrio dedicando momentos y días específicos a cada práctica. Los días de escalada empiezo con una rutina de yoga por la mañana para tranquilizarme y estar presente conmigo misma, y canalizo mi energía física en la roca. En los días de descanso de la escalada, me sumerjo más en prácticas dinámicas de yoga, como Ashtanga Vinyasa, donde necesito más energía física y mental.
Posturas de yoga beneficiosas para la preescalada
Varias posturas de yoga son especialmente beneficiosas para los escaladores:
- Perro boca abajo (adho mukha svanasana): Esta postura estira los isquiotibiales, las pantorrillas y los hombros, y ayuda a mejorar la flexibilidad general.
- Postura de la plancha (phalakasana): Aumenta la fuerza y la resistencia del tronco, que son esenciales para escalar.
- Postura de la paloma reclinada (supta kapotasana): Abre las caderas y alivia la tensión, ayudando a la flexibilidad y preparando tu movilidad para los ganchos de talón.
- Postura del ángulo lateral extendido (utthita parsvakonasana): Estira y fortalece las piernas, las caderas y el cuerpo lateral, mejorando el alcance y la estabilidad.
Posturas de yoga beneficiosas para la recuperación tras una intensa sesión de escalada
Después de una sesión de escalada, nuestro cuerpo está cansado y dolorido. Un simple movimiento relajante puede ser beneficioso para liberar las tensiones de nuestra espalda, piernas y hombros.
- Postura del niño (balasana): Favorece la relajación y estira suavemente la espalda.
- Flexión hacia delante sentado (paschimottanasana): estira los isquiotibiales y la columna vertebral, favoreciendo la relajación.
- Postura de la paloma reclinada (supta kapotasana): Abre las caderas y alivia la tensión.
- Torsión vertebral supina (supta matsyendrasana): Alivia la tensión en la columna y mejora la movilidad.
- Postura con las piernas en alto (viparita karani): Ayuda a reducir la hinchazón y la fatiga en las piernas, favoreciendo la recuperación.
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- Instagram: @nairi.rigon
- Página web: As We Flow
- Upcoming events: asweflow.it