Aproximadamente 1 de cada 5 personas en la región europea padece una enfermedad mental. Si a esto le sumamos investigaciones recientes sugieren que 300 millones de personas practican yoga en todo el mundo, y es razonable suponer que alguien en su clase de yoga ha experimentado, está experimentando o experimentará un episodio de mala salud mental. Dadas nuestras circunstancias actuales, esta probabilidad es significativamente mayor, ya que las organizaciones benéficas de salud mental han informado de un aumento de los casos de ansiedad.
Sin embargo, por todo ello, los profesores de yoga no son terapeutas, ni se les debe atribuir la responsabilidad de asesorar a sus alumnos. La salud mental es un asunto delicado que requiere una sensibilidad y una educación únicas, conocimientos que no se obtienen en una formación básica de profesor.
Lo que sí pueden hacer los profesores de yoga es tomar medidas para garantizar que sus alumnos se sientan seguros y apoyados en clase. A continuación se ofrecen algunas sugerencias sobre cómo hacerlo.
"¿Cómo estás, de verdad?"
Pregunte a sus alumnos cómo están. Es una pregunta sencilla, pero cargada de significado. Estas cuatro palabras brindan a su alumno la oportunidad de abrirse, de expresar con palabras pensamientos o sentimientos que pueden parecer incomunicables. Contrariamente a lo que cabría esperar, no es necesario que les des consejos que les cambien la vida; el mero hecho de interesarte y escuchar a tus alumnos basta para mostrarles tu apoyo.
En una clase de yoga, a menudo pedimos a los alumnos que se observen a sí mismos o que presten atención a sus pensamientos y sentimientos. Para algunos, esta introspección puede estimular una respuesta emocional. Mientras guiamos a una clase a través de la práctica física, es importante que seamos sensibles a las reacciones emocionales. Comprobar con los alumnos al final de la clase les permite verbalizar su experiencia y, al hacerlo, tal vez identifiquen algo que necesita ser explorado o a lo que hay que prestar más atención.
Prestar atención
A diferencia de la escayola que señala un brazo roto, las enfermedades mentales no son tan visibles. Por eso es más difícil de abordar. En ausencia de muletas, un cabestrillo para el hombro o un vendaje, es aún más importante captar los signos sutiles: faltar a una clase de yoga, entrar tarde en clase, parecer distraído o abandonar la clase inmediatamente.
Está demostrado que la actividad física es buena para la salud mental, al igual que mantener una rutina regular. Por supuesto, no puede obligar a sus alumnos a asistir a clases semanales de yoga, por muy beneficiosas que sean para su bienestar. Sin embargo, puede hacer que sea más accesible. Los paquetes mensuales fomentan el sentido de la responsabilidad y el compromiso de acudir cada semana, aunque sea para no salir perdiendo económicamente.
Cree una comunidad
En el encierro tenemos una mayor conciencia de la importancia de la conexión, pero la comunidad y el apoyo social siempre ha sido crucial para nuestro sentido de bienestar. Como profesores de yoga tenemos la oportunidad de conectar a personas con ideas afines, ya sea a través de "retos" semanales para crear espíritu de grupo y solidaridad, o de medios de comunicación independientes a través de grupos de Facebook o Whatsapp. Formar parte de un grupo puede combatir los sentimientos de aislamiento que tan a menudo surgen en quienes luchan contra su salud mental. Aunque no podamos asistir físicamente a las clases, los grupos virtuales sirven para fomentar este elemento de pertenencia y comunidad.
Diríjalos a recursos
Como ya se ha dicho, los profesores de yoga no son consejeros. Es una distinción que a menudo difuminan quienes trabajan en el sector, cuya elección profesional está motivada por el deseo de ayudar a los demás. Sin embargo, aunque resulte tentador compartir experiencias personales y consejos, éstos pueden ser malinterpretados o incluso perjudiciales para quienes se encuentran en una situación vulnerable, por lo que es más prudente y útil orientar a los alumnos hacia un apoyo profesional.
- MHE, Mental Health Europe creó un mapa de líneas de ayuda y servicios de apoyo a la salud mental durante la crisis COVID-19.
Comprensiblemente, no es fácil dejar caer lo anterior en una conversación informal. Si es posible, merece la pena colocar estas líneas de ayuda en el tablón de anuncios o en el mostrador del estudio para que cualquier persona interesada pueda acceder a la ayuda discretamente. También puede añadirlos como recursos a su sitio web o a su página en las redes sociales como señal de la ayuda disponible.
Contribución de Melissa Albarran de Profesionales de Yoga Alliance